Hagamos un ejercicio de cierta abstracción para establecer un paralelismo entre la repostería y un blog.
• Acto I •
Nos hemos levantado pronto, con la motivación por las nubes, para ponernos manos a la obra. Intentamos tener los mejores ingredientes. Nos lavamos las manos para que la pulcritud en el manejo de los alimentos sea el adecuado. Ponemos todo nuestro mejor hacer y cariño en el desarrollo de la receta y presentamos de la manera más armoniosa posible, para que todo quede al gusto del posible consumidor.
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Pues bien, la misma metodología, es la que se pone en funcionamiento
a la hora de elaborar un post
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• Acto II •
La tarta está lista y puesta sobre el mostrador. A nosotros nos parece que tiene una pinta estupenda. Nos lo hemos trabajado… Desprende un olor fantástico, si uno permanece el tiempo adecuado para poder valorar su aroma.
Corremos el riesgo de que alguien sea alérgico, o no le agrade alguno de los ingredientes, con lo cual pasará de largo y no se molestará en probarlo.
Habrá también, quién por estar a dieta ni se percatará de su presencia y el que por miedo a ser el primero en coger la cucharilla, decidirá que no va a pasar por el trance. Deja, deja, que todos miran…
• Acto III •
Conclusión, después de todo el esfuerzo, la tarta se queda en el mostrador sin haber sido probada y el desánimo cunde y la repostera se pregunta que a lo mejor el bizcocho tenía exceso de harina, o de chocolate, o le faltaban quizá algunas guindas o algo de licor.
O quizá que su confitería es demasiado nueva, o que la calle no tiene demasiado tránsito, o quizá el escaparate no esté bien iluminado, o un sin fin de quizás que se renuevan día a día con otra nueva receta.
Pero un día entra una clienta, y otra, y otra más que es amiga de la del día anterior, y la ilusión brota y colma de alegría a la repostera.
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Con este dulce relato en tres actos, quería agradecer a mis lectores, que tienen la generosidad de comentar, la ilusión que me aportan y que gracias a ellos, en parte, este proyecto se mantiene vivo.
También no quería desaprovechar la ocasión que yo misma me he brindado para animar a los del escaparate, para que entren y prueben.
Gracias a Dios esto no tiene aparejado impuesto, ni requisitos, ni formularios, y tu opinión, por sencilla que sea me hace feliz y más sabia.
Un beso
Vir
Cuánta razón tienes!!. Un blog se alimenta de los comentarios, a veces crees que has hecho un gran trabajo y nadie comenta nada... Lo cierto es que te vienes un pelín abajo.
ResponderEliminarPero tú sigue así, a mí me gusta sobre lo que escribes jejeje, además me parto contigo ;)
Lidia, pues marido dice que con los años me he vuelto más borde… jajaja
EliminarEn cuanto a los comentarios, efectivamente son necesarios, son como el hilo de Ariadna, la única guía para saber si vas o no por el camino correcto y no te pierdes en un mundo propio que no tiene el más mínimo interés para el que observa, medita y actúa.
Bien es cierto que hay algunos blogs seguidíiiisimos y poco comentados, pero eso es como en todo, la excepción que confirma cualquier norma.
Yo me fijé en la confitería nueva hace un mes aprox.
ResponderEliminarMe gustó lo que vi, aunque a veces no paso por esa calle en mi camino de vuelta a casa.
Otras veces paso con prisa, porque no llego a tiempo de preparar la cena en casa, y veo el escaparate de refilón.
Sin embargo, hay días, como hoy, que me detengo 5 minutos, observo la tarta del día, entro en la tienda, disfruto del olor, y si tengo dinero en la cartera, me compro una porción de la mejor tienda de la calle.
Bs.
Me has dejado sin palabras… Gracias
EliminarVir
Hola Vir, yo te descubrí hace no demasiado tiempo y me gustó mucho lo que vi, no puedo decirte que cada día pase por el blog porque no dispongo del tiempo suficiente, pero si a menudo y aunque no siempre te deje un comentario, estoy aquí, y me encanta, de veras, unos días me río, otros me haces pensar, otros me tocas la fibra sensible,... Yo disfruto y mucho con tu blog.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Angeles, eres un sol…
EliminarEl post de hoy no pretendía ni mucho menos ser un baño de halagos, era una sincera reflexión sobre el interés, apatía, pereza o que se yo que se pueda plantear a la hora de comentar sobre un tema. ¿Qué son si no este tipo de plataformas cuyo interés es generar información, valor, desde mi punto de vista, para que sea comentado, compartido o puesto en cuarentena?
Un beso
Vir
Cómo te entiendo! con cada comentario recibido los posts comienzan a tener más vida, y hasta sonríe mi corazón.
ResponderEliminarO acaso no es cierto, ¨panza llena, corazón contento¨?
Estoy comenzando a conocerte, te deseo lo mejor!
bss
Mica
Bienvenida, Mica, y gracias por tus deseos.
EliminarEfectivamente los post comienzan a tener más vida por que se establecen matizaciones, controversias y apuntes en los márgenes. Crecen como los bizcochos…
Vir
¡¡vaya!! que entrada más original, ¡está super trabajada! Enhorabuena, una manera estupenda de contar las cosas :D
ResponderEliminarFeliz fin de semana y mucha suerte!! ♥
Celia, no escrito nada que muchos no nos planteemos.
EliminarGracias por tus deseos.
Vir
Cuanta razón!!! Sin las visitas y los comentarios, todos nuestros esfuerzos y nuestras horas delante del ordenador no merecerían la pena. No es por los halagos, es por sentir que lo que haces le llega a alguien.
ResponderEliminarClaro que merecen la pena… el esfuerzo siempre merece la pena aunque sólo sea hacia nosotros mismos, lo malo es que día tras día esa falta de noticias, de opinión o simplemente de presencia, hace mella.
EliminarLos halagos, por supuesto que son bienvenidos, pero también las críticas y los peros, si son constructivos. Eso también nos ayuda a mejorar.
Yo intento día a día renovar mis ilusiones, aunque algunas veces las circunstancias me empujen a todo lo contrario.
Vir
Me ha encantado. Es que soy una golosa ;)
ResponderEliminarGracias, Ana. Aquí seguimos con la confitería abierta…
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