Raquel es una mujer entusiasta, de esas personas que irradian vitalidad, alegría y ganas de hacer cosas…
Tuve la oportunidad de conocerla en una reunión de Networking, y así, como el que no quiere la cosa, soltó una frase que de algún modo cambió mi vida. La recogí en este post.
Meses después me llamó para contarme su proyecto y pensar en mí como profesional para diseñarle y asesorarle sobre la imagen corporativa que debía tener su empresa. El proyecto en ese momento debía crecer, y como persona cabal y llena de sentido común, empleó el tiempo necesario para armar todo el engranaje empresarial que necesitaba para su proyecto. Este consistía en diseñar y comercializar vestidos de comunión en la red para niñas, no para princesas Disney, que es lo que se había encontrado en su periplo como "madre en busca de vestido de comunión para su hija".
Apostó por un vestido sencillo, cómodo, con pequeños detalles que aportaran ese toque de ingenuidad, de alegría, de belleza inocente, hecho íntegramente en España y a un precio sumamente competitivo.
¿El encargo? Diseño de la logomarca y sus versiones secundarias, además de un Manual Básico de Uso que registrara toda la normativa sobre imagen corporativa de la marca para saber gestionarla tanto en digital como en soporte físico.
Debía indicar el nombre, presentar el producto, plasmar los atributos de su empresa y diferenciarse notablemente frente a la competencia más directa. Una imagen limpia, definida con rasgos que denotaran frescura y buen hacer, y que estableciera conexión directa con quien finalmente compra y decide (madre e hija).
Impecable trabajo, Virginia: me ha encantado
ResponderEliminarBesos
Muchísimas gracias, Piola.
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