Un cuento, un regalo, un recuerdo, un deseo… y muchos años en común.
Cuando se casa tu mejor amiga, es inevitable pensar en un detalle especial. Algo que salga del corazón, que resuma vuestra amistad y desde luego, que tenga buenos deseos para un futuro en común.
Primero fue escribirla un pequeño texto… ¿en forma de carta o cuento? Luego pensar qué apariencia tendría y cómo se entregaría. Al final, una tipografía me robó el corazón, también un formato y un bellísimo papel hecho a mano a base de cebada, un sencilla ornamentación y una cinta que abrazaría el conjunto.
Pensar en una encuadernación artesanal que llevara aparejado un ritual para cuando se procediera con la lectura, y un sobre con la misma línea de diseño que fuera el embalaje perfecto en la entrega.
La historia, permitidme esta vez que no la publique y quede dentro de la intimidad, pero si me apetecía compartir con vosotros parte de mi regalo. Esos regalos que se piensan, se diseñan y se dan con el corazón.
Feliz lunes
Vir
Vir
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