Hace unos días escuchaba esta frase en boca de Isabel San Sebastián, mientras hacía algo de promoción de su nuevo libro "La mujer del diplomático".
Escuchaba sus palabras y me admiraba la honestidad con la que hablaba de su familia como el bien más preciado, y de quien vivió una vida que ya traía etiquetas y renglones escritos. No obstante, ella supo bailarla a su ritmo, cambiando las sintonías y creando pasos propios.
Confieso que aún no he leído el libro, pero caerá. Reconozco que lo compré mentalmente cuando la escuché.
Pero dentro del cúmulo de coincidencias en el que se ha convertido mi vida… recuerdo que hace unos meses una amiga me vino a decir lo mismo, que debía de "jugar más con la vida", no tomármela tan en serio.
Poco a poco he ido relajando mi relación con el trabajo, mi disposición al descanso, mi aprovechamiento del tiempo… otra vez lo importante y lo urgente.
Cada vez entiendo mejor esta frase, lo que supone de gozo, de riesgo, incluso de caos. Lo que tiene de liarse alguna vez la manta a la cabeza y desconectar el modo "control".
La vida hay que bailársela, disfrutarla, intentando mantener el equilibrio, haciéndose algún esguince, incluso cayendo, pero sabiendo que las melodías continúan y esperan que las bailes.
Virginia
Great!!!
ResponderEliminarMil gracias. Bss
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