Porque aparte de llamadas y trabajo rutinario de oficina, has estrujado la imaginación hasta límites insospechados…
Y el agobio se hace cuerpo y se te encara con mal gesto pidiendo lo suyo. Primero, lo miras de reojo, para pasar al descaro y luego a las voces… Y le explicas que vale ya de tanto pedir… que llevas en la mente, los ojos y las manos unos cuantos proyectos… Y él, con cierta chulería, te discute que con los años que tienes, llevas ya muchas horas de vuelo y esto tenía que ser un pim, pam, pum…
Y cuando escuchas ese pim, pam, pum, se enciende la mecha… Oiga usted, que todo lleva su tiempo, su estudio, su producción y lo más importante su concepción… Y en ese mismo instante salta otra chispa que pone en marcha el motor creativo y por arte de birlibirloque aparece ante tus ojos la base de este diseño, que luego tocará ajustar y retocar hasta que estés satisfecha.
Y no fue, una vez más, ni magia, ni suerte, ni pim, pam, pum, fue exigirte un poquito más.
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Salvo algunos post que trabajo con alguna antelación, esta no deja de ser una rutina un tanto diabólica que se produce cada noche en mi estudio. Y la gran pregunta: Y mañana… ¿qué cuento en el blog?
Vir
Pues me ha encantado lo que has sacado de la chistera. Tienes magia Virginia.
ResponderEliminarSaludos.