La coma era ese espacio inmune donde la intransigencia, la presión y el recelo no hacían mella. La coma reconfortaba y daba aliento como el descansillo de una escalera…
Llegar a la coma, sin desgaste, era en sí, un triunfo. Allí, te dejabas querer y caer sin miedo alguno.
La coma gozaba de reglas consensuadas y ritmos alternos, pero también tenía los peligros del límite, donde el más mínimo impacto hacía estragos…
A veces, y solo a veces, la coma se nos antojaba imprecisa, y era entonces cuando ese espacio-tiempo que nos proporcionaba la socorrida coma, debía ser redefinido y nuevamente aprobado.
Allí, y solo allí, se decidía cuando la coma era coma, cuando la coma derivaría en punto y coma, y cuando la coma, por obra y gracia de los límites no respetados, mudaría en punto final.
Virginia
Wow, Virginia, fantástico texto!!!
ResponderEliminarMe alegro que te guste, Piola.
EliminarHay veces que una pequeña cosita, a priori insignificante, nos da un juego tremendo.
Bss
Sí, yo prefiero la pausita de la coma, que relaja y da seguridad, a la incertidumbre de los puntos suspensivos, que intrigan y parece que te suelten la mano cuando lees. Estos son un poquito "apáñatelas como puedas", en cambio la coma es más "tranquila, sigue leyendo que te acompaño". Lo más horroroso son los puntos finales, como en la vida misma, vamos...
ResponderEliminarJajaja Pues en esta santa casa se utilizan, y mucho, los puntos suspensivos, son una manera de dejar libertad de pensamiento, la puerta abierta a miles de variables. O como un suspiro de paz y sosiego, pero bien es cierto, que se pueden interpretar como dices: Ahí te las apañes morena!!!
EliminarBss
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo soy mucho de puntos...pero tu oda a la coma me ha encantado, mi hijo se la ha llevado hoy a clase para "ilustrar" su clase de lengua. Mi eterna pelea: los ;
ResponderEliminarSusana, lo primero bienvenida y gracias por dejar un comentario.
EliminarLo segundo, que es para mi un honor formar parte de una clase de lengua. No exagero si te digo que me emociona. Gracias por leerme, trasladarlo a tu hijo, y a su vez a sus compañeros.
Si no es indiscreción, de qué edades son?
Un abrazo
Maravillosa. A veces las comas me vuelven loca. Un saludo
ResponderEliminarGracias. Por qué te vuelven loca? Es cuestión de escucharlas…
EliminarUn abrazo
Sí señora, me ha gustado mucho, yo soy mucho de comas, demasiado por lo que tengo entendido. Así que oye, me he puesto tan contenta ahora que sé que no soy la única que la admira.
ResponderEliminarGracias, Loque. Qué haríamos sin la coma y sin el aliento que nos proporciona? Pasarlas canutas… jajaja
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