Jueves, 12.00 a.m.
Ring, ring, ring
- Siiiiiii? (Voz de señora mayor que se está
tomando tan agustito el café con leche)
- Buenos días, llamaba para pedir cita. Quería
hacerme una radiografía panorámica de … (no me deja terminar)
- Ya, de la boca
- Si, podría ser…? (Nuevamente no me deja
terminar)
- Pues mira, bonita, te puedes venir esta tarde…
- Ya, pero es que esta tarde no puede ser…
- Vaya por Dios! Pues entonces vente el martes.
- Y no podría ser el lunes por la tarde?
- Mira, bonita, el martes está aquí el doctor y te
atenderá encantado…
- Sííí, pero le he preguntado si no puede ser el
lunes por la tarde, hacia las 5.30?
- Mira, bonita, (y dale con el bonita) es que el
lunes hacemos ecografías, y sabes qué pasa, que la máquina está en la misma
salita que la máquina de la boca, y claro, entonces no se pueden hacer las dos
cosas a la vez. Pero sabes, tenemos un doctor en las ecografías que las hace
fenomenal y así te quedas tranquila si hay algo o no (???). Que claro,
normalmente si no hay nada os lleváis una desilusión tremenda… qué se le va a
hacer, si no hay nada, no hay nada. Y ya te digo, este doctor es buenísimo, es
una eminencia, ha estado en el Ramón y Cajal… (?????????????)
- Yaaa… (Desesperada, pero intentando mantener la
calma, y buscando un momento para meter baza)
- Además… lleva muchos años aquí. Tú ya has venido
alguna vez?
- No, mire, yo quería hacerme una radiografía
panorámica de la boca (intentando reencauzar la conversación…). Además no vivo
ahí y me tengo que desplazar sólo para esto. Ya que no puede ser el lunes,
podría ser el miércoles sobre esa misma hora?
- Pues mira, bonita, es lo que te digo, que el
doctor está liado con las ecos, con decirte que ayer se hizo 42.
- Ya, ya, si me parece estupendo… ( A-ban-do-no). Mire,
mejor hablo con mi marido y ya la vuelvo a llamar… (Ni llamar a marido ni
leches, no quiero parecer una borde, ni cortarla en seco, pero señora yo no he
llamado para estar de cháchara, y con la imagen que está usted dando de la
clínica lo más seguro es que nunca aparezca por allí)
- Vale, bonita, consúltalo que a lo mejor quiere
venir él. Ya se sabe con los hombres, también les gusta venir a ver a la
criatura…
- Ale, adiós (Por favor, no salgo de mi asombro. Que no estoy embarazada,
señora!!!) (Primero: me escucha? Segundo: está aburrida?Tercero: está hojeando el HOLA? Viendo la tele?)
- Adiós, bonita, adiós.
Madre del Amor Hermoso!!! Hacía mucho que no estaba inmersa
en un diálogo de besugos o mejor dicho que no escuchaba a una buena señora
marcarse tal rollo con la muletilla del BONITA.
Espérate…, si al final todo esto va a ser culpa de la dichosa
crisis, la buena señora ha querido emplearse a fondo en la venta cruzada y yo
he sido tan desconsiderada que me lo he tomado por la tremenda.
Tú vienes a por una radiografía pero además te intento colar
una eco como mi padre se llama Pepe. Y ya está, aquí paz y después gloria. Y si
te pones a tiro te endoso una radiografía de cadera por si acaso.
O quizá no, ni esta señora sabe lo que es la venta cruzada,
ni es culpa de la crisis, ni está ansiosa por coger citas dada la jugosa
comisión que se lleva por cita programada…
Qué? Tengo paciencia o impaciencia? Habéis tenido alguna vez
alguna de estas tipo “empanadilla de Móstoles”?
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En marketing, se llama venta cruzada (del inglés cross-selling) a la táctica mediante la cual un vendedor intenta vender productos complementarios a los que consume o pretende consumir un cliente. Su objetivo es aumentar los ingresos de una compañía.