20.1.14

CV ciego…



El otro día leía una noticia en El Confidencial, de esas que se etiquetan como Noticia Positiva. Lo titulaban “El CV ciego, el futuro de los recursos humanos: sólo sabrán tu nombre”.

Sorprendida ante aquel titular, comencé con su lectura.

A ver, a ver, de qué va esto?

Después de leerlo me quedé pensando en las veces que me han entrevistado y las veces en las que he sido yo la cara seria del otro lado de la mesa. Bien es cierto que siempre me he leído los currículums que me han llegado y he seleccionado para la entrevista fundamentalmente en base a sus contenidos, pero también es cierto que he hecho excepciones por asuntos tales como el diseño del mismo, el tono de la carta, o alguno de los trabajos que adjuntaban.

He de admitir que en mi campo (diseño y publicidad), los CV suelen ser un tanto atípicos, y como en todo, se suele ver un muestrario de lo más variopinto. No entraré a valorar el diseño/foto/contenido o manera de exponer la formación y experiencia en cuestión, si no la lectura que se hace entre líneas de todo el conjunto, el interés que puede provocar en quién lo recibe y si creadas las expectativas en quién nos va a entrevistar, vamos a ser capaces de superarlas, porque es eso lo que van a querer ver y constatar.

Así pues, y siguiendo con el artículo de El Confidencial que invito que leáis aquí, estoy de acuerdo en poder demostrar lo que vales sin más armas que una formación adecuada, una cabeza bien amueblada y cómo no, ir con la verdad por delante. Eso nos honra a todos, aunque haya que decir que no sabes algo, o no estás preparado para lo otro.

De acuerdo que te la juegas a una, que quizá no haya una segunda oportunidad. Olvidémonos de miedos, seamos cautos pero expongámonos. La gente que se dedica al comercio, lo entrena esto a diario y desde luego que por una mala intervención no quieren quemar a un futuro cliente.

Reflexionando también sobre los centros de formación, es cierto que unos tienen mejor reputación que otros, sus profesores están mejor considerados y algunos ofrecen a sus alumnos incluso una bolsa de trabajo repleta de grandes firmas y empresas de primer nivel en las que seguir formándose. Pero también os digo, que yo cuando salí de la universidad, tenía muy claro que había aprendido mucho pero todavía tenía que aprender a manejarme en el día a día, que la vida profesional no era tan idílica como la había imaginado y que cuando saliera al mundo real me iban a dar de ostias.

Quizá penséis que mis reflexiones se van un poco de la columna vertebral del artículo mencionado. Quizá penséis que son del todo utópicas y más con los tiempos que corren, pero cada vez tengo más claro que el cara a cara es la mejor carta de presentación. Que en media hora de conversación se puede aprender más de una persona que en 3 páginas de CV. Que una sonrisa, una respuesta inteligente, ser humilde y sincero abre sin duda muchas puertas.

Que opináis? Creéis que este tipo de formulas son todo ventajas o por el contrario armas de doble filo?

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