24.4.13

Sobre la felicidad a ultranza…

Mi manera de elegir lo que leo es un poquito sui géneris, vamos lo que viene a ser a mi libre albedrío.

1. Por modas o lo que todo el mundo lee, casi nunca. Me he llevado cada chasco… tan sólo accedí y me gustó a "El Tiempo entre Costuras" y "Los ojos amarillos de los cocodrilos".

2. Ir a la librería y seleccionar por título inspirador y reseña, casi siempre…

3. Biblioteca y selección de algún clásico, o en su defecto algo de la Generación del 98, frecuente.

4. Por lectura de crítica en periódicos o blogs, algunas veces.

5. Y luego quedan las rarezas, las inclasificables.

Pues mi último libro ha sido de esos.

Un día en el metro me fijo en una chica que cómo va la pobre va a trabajar. Un calco a la menda. Teléfono en mano, con bronca, maletín que se cae, ojeras y cara de: vaya tela y son las nueve de la mañana!!! Total, que entre la multitud de artículos que sujeta entre sus manos está el libro al que echo el ojo. Pienso, ahora me saco el móvil y le hago una foto para que no se me olvide. Quieeeetaaaaaaa!!! y me digo, con el rispis que lleva, cómo me vea la chica, me monta un pollo de escándalo. Solución, mando un WhatsApp a Marido con el título y el autor (Sobre la felicidad a ultranza. Ugo Cornia), para que quede documento escrito. Contestación de Marido, que por la sucesión de interrogaciones piensa que directamente he entrado en crisis existencial. No quedándose tranquilo, llama para oir mi voz y salir pitando o seguir currando…

El libro: "Sobre la felicidad a ultranza", Ugo Cornia, Periférica.


Diferente, muy diferente a lo que había leído anteriormente.
Evocador en los recuerdos, desde el recelo o la indiferencia hasta el amor más incondicional.
Es un libro para marcar ciertas frases, ciertos párrafos y una vez acabado, releerlos saboreando todo su don.

(…) Es más, tengo que decir que a veces sufro ataques de felicidad gratuita (…)

(…) Siempre me he preguntado si la felicidad se podría guardar como el dinero, para tirar luego de ella en los momentos de necesidad, es decir, si uno que se ha pasado veinte años haciendo solamente el imbécil tendría luego algún recurso del que echar mano, (…)

(…) Quien vive libre no tiene culpas y tampoco dispone de perdones para ir propagando por ahí (…)

(…) Esto no tardó en convertirse en una verdadera pasión, o bien en uno de esos vicios con el que cada cual tiene que bregar en secreto y con gran desazón, y aunque era imposible del todo, le entraron ganas de recordar toda su vida.(…)

Como ya han dicho otros, INDEFINIBLE.

Me ha sorprendido… gratamente

6 comentarios:

  1. Bueno, pues teniendo en cuenta que los dos libros que mencionas en el primer punto también me gustaron mucho (no así el segundo y tercero de la trilogía...), tendré que echar un vistazo a este que propones hoy.

    Gracias por la recomendación.
    Bs.

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    Respuestas
    1. No es para nada del estilo de M. Dueñas ni de K. Pancol.
      Es raro y sorprendente, en su forma y en su fondo.

      Vir

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  2. Me encanta que sea indefinible ... lo apunto y te diré cuando lo lea
    Gracias!

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