3.3.14

Cuánto vale una idea?


Últimamente y por motivos diversos no hago otra cosa que hacerme esta pregunta y me acuerdo de manera recurrente de aquella campaña de MasterCard en TV. 

Tiene precio la felicidad? Tiene precio emocionar a alguien con un mensaje? Tiene precio el recuerdo? Tiene precio un dibujo, una fotografía o la estrofa de una canción que te estremece? Tiene precio que comuniques correctamente lo que deseas y que no esté sujeto a arbitrarias interpretaciones? 

Hazte la pregunta e intenta contestarla. ¿Cuánto vale una idea?

Es difícil, sí o no? 

Ahora te hago otras preguntas: Cuánto vale un pantalón, un menú del día, una presentación comercial, una entrada al cine o al fútbol, un libro, un traje de novia, un ramo de rosas, el colegio de tus hijos, el coche que conduces, el perfume que te pones? Y tu negocio? Y tu trabajo? 

Si lo sabes, bien, y si no, te puedes informar, consultar y comparar para dar con la respuesta. 

Quizá también pienses que tu trabajo vale bastante más de lo que percibes o te mereces dada la formación y el esfuerzo que pones. Ya se sabe, amigo, los tiempos corren tristes… 

Y después de toda esta ristra de preguntas te surgirá la duda, y querrás saber a qué narices viene todo esto, y el porqué la entrada reza: ¿Cuánto vale una idea? 

Porque las ideas mueven el mundo y el alma. Porque sin ideas y la locura de algunos todavía estaríamos haciendo fuego con dos palitos. Porque las ideas, las buenas ideas generan valor y riqueza. Y tristemente, a día de hoy son pocos los que las apoyan y quieren pagar por ellas. Bueno, las quieren “de gratis”, porque son útiles, porque el saber que tuerca apretar, que decía Tony Leblanc en una película, es lo que vale y no tanto apretarla. 

Veo día a día pequeños negocios que por un ahorro mal entendido en su imagen, comunican lo que no son. El de fuera no es capaz de percibir lo buenas que están sus tapas, lo bien que peinan y cortan el pelo, la extraordinaria profesionalidad de los empleados de un taller o la honestidad y saber hacer del gerente de un negocio de servicios en internet. 

También me podríais decir que como están empezando no tienen un duro o que como ya llevan tiempo en el mercado su imagen funcionará toda la vida, a lo que yo os contesto que un buen profesional no tiene que ser prohibitivo. El buen profesional ha de saber quién es su cliente, se informa, pregunta, pregunta mucho y es consciente de cual puede ser el presupuesto con el que cuenta. Negocia. Sí, porque el comercio es alguien que vende y alguien que compra, sean jamones, fincas o servicios de diseño y comunicación. 

Esto es como lo de comprar y vender una casa, tiene su aspecto emocional (te gusta o no te gusta, te ves viviendo allí) y el aspecto práctico (me encaja en el presupuesto que tengo, estoy dispuesto a un pequeño sacrificio por llevarme algo que me llena) y el del vendedor (si no ajusto el precio más puede que no venda en el plazo que tengo, no tengo prisa por vender o a lo mejor voy a dejar pasar esta oportunidad por no ser medianamente flexible). 

Me encuentro clientes que me presentan presupuestos de diseño, temerarios, poco profesionales, carentes de garantías, ocurrencias de última hora a precio de gominolas. Perpleja me dejan cuando por ahorrarse muchas veces cien tristes euros ponen su empresa, su vida y su futuro en manos de gente sin escrúpulos, que igual que hacen logotipos y monigotes, montan un muñequito del Kinder Sorpresa. 

Llego a ver presupuestos de cincuenta euros por un logotipo en internet. Por Dios, es tan difícil darse cuenta que te están estafando? Que lo que estás pagando como barato te va a salir caro, pero que muy caro? Por favor, confiemos en profesionales, pero en profesionales de verdad, no en cantamañanas con un curso de Adobe Illustrator, que sin ningún criterio ni necesidad de información te crean una pieza de comunicación comercial o corporativa. 

Yo, por lo menos necesito mucha más información, quién eres, cuál es tu negocio y tu producto, cuál es tu público objetivo, dónde quieres estar a corto, medio y largo plazo, con qué recursos cuentas, quién es tu competencia, qué objetivos tienes… ni más ni menos que saber cuales son todas las variables para poder ofrecer un diseño que responda y dé solución a toda esa información. 

La de diseñador es una profesión como otra cualquiera que exige una formación específica, necesita un mínimo de experiencia, haber desarrollado criterio para saber decidir cuál es la mejor solución y como en todas, ser honrado. 

Así pues, Cuánto vale una idea? 

Lo que uno quiera pagar? Lo que te pidan? 

O será proporcional al rendimiento que le vas a sacar? 

Si piensas e inviertes en un corte de pelo, una camisa, una americana, unos zapatos, unos complementos y una sonrisa porque quieres/necesitas una buena imagen, por qué no piensas en los mismos términos para tu empresa, tu publicación, tu regalo personalizado o tu producto? 

Párate un momento y reflexiona. Crees que es lógico lo que te digo? Si no es así, por favor, hazme saber porqué, me harás un gran favor. 

Virginia

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo. Por supuesto y como en todo, siempre que la parte contratada sea honesta.
    Bss

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