10.1.14

Mmm… Conejo al ajillo


Allá por… 
ya ni me acuerdo y por supuesto no quiero ni mirarlo que me señala la culpa… 
los viernes os deleitaba con una recetilla. Era así ¿no? Pues volvamos a las sanas costumbres y sigamos manteniendo los placeres culinarios ahora que también la televisión fomenta este tipo de cultura.

La de hoy es de esas recetas sencillas y tradicionales de la cocina española, con sus innumerables variantes según la zona en la que se haga y desde luego económica, que ya se sabe que seguimos en modo austero.

Advertencia SERIA antes de empezar para los que tienen niños: Al canto experiencia personal: Yo compro el conejo entero y luego como una es muy apañada lo trocea como a ella le gusta y Santas Pascuas. Pues bien, a eso que estoy con el hacha en la mano para proporcionar al conejo el golpe definitivo, entra hijo en la cocina y grita "Mala, has matado al gatito". Claro, susto que te crió y desvío de hacha para no rebanarme los dedos. No hace falta que os diga que posteriormente hubo charla para calmar a hijo y que no piense que su madre es una asesina de mininos y quiera comerse el guisito. 

Aún ahora y ya cuenta con doce añazos, cuando ve sacar el hacha desaparece de escena. Pobre, ¿le habré creado algún tipo de trauma?



Con esta aclaración hecha, empecemos.

Los ingredientes: Un conejo partido en trozos, ajo, vino blanco, perejil, tomillo, romero pimienta negra, aceite de oliva virgen extra y sal.

La infraestructura: Una cacerola.

Los pasos y las cantidades: 

- Un conejo en trozos, opcional incluir las vísceras (las suelen dar aparte)
-  4 ajos picados y habiéndoles quitado el germen de dentro que es lo que repite.
- 1 vaso de vino blanco
- perejil (al gusto)
- tomillo, romero (al gusto pero menos que perejil, es sólo para darle el toque a campo)
- pimienta negra, sal y aceite.

Poner la cacerola con un fondo de aceite a fuego medio-alto y dorar los trozos de conejo que habremos previamente salpimentado.

Una vez que estén dorados se retiran a un plato y se comienza a dorar el ajo que estará picado con el fuego más bajo. Cuando ya esté listo, se vuelve a meter el conejo en el recipiente y se añade el vino blanco junto con las hierbas aromáticas y el perejil. Añade un poquito de agua y deja que cueza a fuego medio hasta que el conejo esté tierno y haya reducido la salsa.

Ya está. Agarra el pan y el vino, y preparate para chuparte los dedos. Se permite de todas, todas hacer uso de ellos, y mira que lo dice "Doña Pincitas" que odia mancharse.

Que lo disfrutéis.

2 comentarios:

  1. Cómo me gusta eso de que retomes las buenas costumbres.
    Aquí una fan incondicional de tus sencillas y riquísimas recetas.
    Besote

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